viernes, 15 de enero de 2010

HUELGA DE HAMBRE

Entendemos por huelga de hambre en su sentido más estricto como la abstención total de alimento, emprendida para obtener la satisfacción de determinadas reclamaciones, con la decisión de llevarla hasta la muerte si no se da satisfacción a las reivindicaciones que la motivan.

En la huelga de hambre existe una vinculación entre la abstención de alimentos y la muerte, el huelguista ha decidido a sacrificar la propia vida si no se atienden sus reinvindicaciones. Esto nos coloca ante una problemática, el derecho moral de la persona sobre su vida y la actitud de la sociedad en este punto. Se da una conexión entre abstención de alimentos y la muerte; de esa vinculación real es responsabilidad primeramente del huelguista que persiste en su decisión; también intervienen otros, quienes se niegan a aceptar las peticiones formuladas, autoridades públicas que eventualmente puedan prohibir la alimentación forzada; también pueden intervenir movimientos, grupos y personas que con sus consejos o presiones refuerzan la postura del huelguista.

La intención primera del huelguista no recae directamente en la muerte; en realidad, lo que él desea y busca es la satisfacción de unas reclamaciones. La huelga de hambre no lleva una necesaria conexión de hecho con la muerte.

Otra característica de la huelga de hambre es su publicidad, condición básica para la sociedad pueda establecer una cierta alianza con el huelguista apoyándole en su actitud, si la sociedad lo abandona, se desentiende de él o le manifiesta su hostilidad su gesto pierde significado y cae en el vacío.

Como habíamos mencionado la huelga de hambre nos remite a un tema de índole general, el poder ético del hombre sobre su propia vida y la actitud a adoptar por la sociedad ante quien voluntariamente pone en tan grave peligro su vida.

- Prioridad de la vida:

En este conflicto moral, un primer grupo niega la libertad ética del hombre para sacrificar su vida por medio de la huelga de hambre; esta postura ha sido y es frecuente entre cristianos, tomando como punto de partida el absoluto señorío de Dios sobre la vida humana.

- Prioridad a la autonomía:

Otros colocan como valor supremo en esta situación la libertad del ser humano. En nuestra sociedad no es raro encontrar postura favorables al derecho radical de la persona sobre su propia vida.

- Un tercer grupo:

Llega a conclusiones parecidas a las de la opción anterior, pero por caminos diferentes: no desde el recurso a la autonomía personal, sino desde el voluntario indirecto. Sostiene que la huelga de hambre hasta la muerte puede ser una posibilidad moral, dado que la muerte no se busca directamente sino que es el resultado indirecto de una acción cuyo objetivo primario y directo es lograr el reconocimiento de ciertos derechos.

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